Las enfermedades del sistema circulatorio son actualmente una de las principales causas de muerte de hombres y mujeres en Polonia. Desde 1991, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ha disminuido en Polonia. En 2010, las enfermedades cardiovasculares representaron alrededor del 45% de todas las muertes registradas, mientras que en la primera mitad de la década de 1990 las enfermedades cardiovasculares representaban alrededor del 52% de las muertes. La mortalidad por enfermedades cardiovasculares es mayor entre las mujeres (1990 – 57%, 2000 – 53%, 2010 – 52%) que entre los hombres (1990 – 48%, 2000 – 43%, 2010 – 41%). Entre las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y la cardiopatía isquémica son las más comunes. Hay que tener en cuenta que la eliminación de la hipertensión arterial afecta significativamente a la posibilidad de padecer enfermedades coronarias, derrames cerebrales e insuficiencia circulatoria [Información general sobre la situación demográfica en Polonia en 2011, CSO]

La hipertensión es una enfermedad cardiovascular cuyo principal síntoma es la elevación de la presión arterial, es decir, que la presión arterial alcance valores superiores a 140/90 mmHg (presión sistólica/diastólica). La hipertensión está causada por factores genéticos y ambientales. El diagnóstico precoz de la hipertensión depende en gran medida del médico de familia, cuya tarea es diagnosticar inicialmente la enfermedad. Una vez diagnosticada la enfermedad, el médico de familia debe tomar las medidas necesarias para eliminar los factores de riesgo de complicaciones cardiovasculares graves.

Aunque la mayoría de los casos de hipertensión están determinados genéticamente, hay una serie de causas colaterales que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad. Los factores potencialmente reversibles son:

  • – la obesidad,
    – estilo de vida sedentario sin actividad física
    – consumo intensivo de cigarrillos y alcohol
    – consumo excesivo de sal de cocina
    – bajo consumo de frutas y verduras,
    – enfermedad de la tiroides
    – enfermedades renales y suprarrenales,
    – uso prolongado de medicamentos: antirreumáticos, antiinflamatorios y anticonceptivos hormonales.

El segundo grupo de factores que influyen en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares son los factores irreversibles, que incluyen:

  • – el sexo (la cardiopatía isquémica es más frecuente en los hombres que en las mujeres antes de la menopausia),
    – la edad (el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca aumenta con la edad),
    – la diabetes,
    – predisposición genética, es decir, las que heredamos de nuestros padres.

El primer paso en el tratamiento de la hipertensión es el tratamiento no farmacológico, es decir, el tratamiento sin el uso de medicamentos especializados. El tratamiento no farmacológico puede ser el paso inicial en la normalización de la presión arterial, así como un elemento esencial en el tratamiento farmacológico eficaz. Los tratamientos no farmacológicos son principalmente:

  • – limitar el consumo de tabaco y alcohol,
    – mantener una dieta adecuada: evitar los alimentos procesados, limitar la ingesta de sal a <6 g al día, limitar la cantidad de grasas con alto contenido en ácidos saturados, comer verduras y frutas frescas todos los días, comer pescado al menos 3 veces a la semana,
    – reducir el sobrepeso o la obesidad,
    – incorporar la actividad física al estilo de vida actual: se recomiendan paseos diarios de 45 minutos.

Los cambios en el estilo de vida pueden tener un efecto positivo en la disminución de la presión arterial y, por tanto, pueden reducir el riesgo de cardiopatía isquémica. El tratamiento no farmacológico tiene buenos efectos en un grupo de pacientes diagnosticados de hipertensión leve. Los pacientes que sufren de hipertensión severa deben recordar que, además de seguir las recomendaciones anteriores, es necesario tomar la medicación prescrita por el médico.

Además de tomar regularmente la medicación y llevar un estilo de vida adecuado, todo paciente hipertenso debe desarrollar conductas preventivas apropiadas que contribuyan directamente a reducir los efectos negativos de la hipertensión arterial. Las medidas preventivas incluyen:

  • – controlar la presión arterial 2-3 veces por semana. Las mediciones deben realizarse por la mañana, al mediodía y por la noche,
    – visitas preventivas a un oftalmólogo para realizar un examen funduscópico, ya que la hipertensión arterial puede provocar cambios peligrosos en la retina,
    – análisis de sangre periódicos para determinar los niveles de potasio, sodio y creatinina,
    – un ECG,
    – controles de colesterol y triglicéridos.

fuente: Departamento de Familia, Salud y Asuntos Sociales de la región de Malopolska