La morfología sanguínea es la prueba diagnóstica básica y más comúnmente realizada, que consiste en la evaluación cuantitativa y cualitativa de los elementos morfológicos de la sangre. Este examen permite determinar el estado de salud del paciente, detectar inflamaciones, infecciones, anemias y muchos otros procesos patológicos que se producen en el organismo.
Para el examen, se extrae sangre periférica, es decir, sangre obtenida de los vasos sanguíneos: venosa, capilar o arterial. El examen de las muestras de sangre implica la evaluación de los componentes sanguíneos individuales.

El examen de la sangre recogida puede incluir
– la hemocromía periférica, es decir, la determinación del número de glóbulos blancos, de los glóbulos rojos, del valor del hematocrito (relación entre el volumen de los glóbulos rojos y el volumen de la sangre total) y de la concentración de hemoglobina. Junto con el hemograma, se suelen medir los glóbulos rojos: el volumen medio de glóbulos rojos (VCM), el contenido medio de hemoglobina (CHM) y la concentración media de hemoglobina (CHM), y posiblemente otros parámetros como el índice de diferenciación del volumen de glóbulos rojos (IDR);
– frotis de sangre periférica (leucocitograma): determinación del número de tipos individuales de glóbulos blancos con indicación de la composición porcentual de los mismos,
– recuento de plaquetas: suele determinarse junto con el recuento sanguíneo,
– pruebas que evalúan las propiedades de los distintos tipos de elementos formados por la sangre,
– examen citogenético de las células sanguíneas nucleadas.

El análisis de sangre se realiza mejor por la mañana, después de un período de abstinencia de alimentos y líquidos durante 12-15 horas (se pueden beber pequeñas cantidades de agua o té suave sin azúcar, por ejemplo, para tomar un medicamento oral; no se permite beber café). El paciente debe estar en reposo.
Se coloca un torniquete (estasis) en el brazo: la presión sirve para que las venas se llenen, facilitando la extracción de sangre. La enfermera también puede acariciar o masajear la mano y la zona de punción o pedir al paciente que cierre la mano en un puño varias veces y la relaje [1].

Antes del examen, el paciente debe informar
– susceptibilidad a las hemorragias (diátesis hemorrágica).
– susceptibilidad a los desmayos durante la toma de muestras de sangre.
– medicamentos que se toman actualmente.

Referencia:
1. Fabijańska-Mitek Jadwiga, Mariańska Bożena, Windyga Jerzy, Pruebas de laboratorio en hematología, 2011, PZWL

Fuente: Departamento de Familia, Salud y Asuntos Sociales de la Región de Malopolska