Existe una pérdida natural de aptitud física y mental en todas las personas a medida que envejecen. La incidencia de las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades musculoesqueléticas (incluida la artritis reumatoide, las enfermedades óseas) y las enfermedades metabólicas aumenta con la edad. La investigación de PolSenior ha demostrado que las personas mayores de 65 años sufren con mucha frecuencia problemas de salud como hipertensión arterial (76%), disfunciones cognitivas (68%), problemas de visión (50%), problemas de audición (30%), síntomas depresivos (30%), diabetes (22%), enfermedades pulmonares (18%), cáncer (5,3%).
Una de cada tres personas mayores tiene limitaciones para realizar actividades cotidianas relacionadas con el autocuidado. Además, los cambios relacionados con la edad en el cerebro pueden provocar enfermedades graves como la demencia, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer. En las personas mayores, las enfermedades tienden a presentarse simultáneamente y a ser de naturaleza crónica. Estadísticamente, una persona de más de 70 años tiene entre 3 y 4 enfermedades crónicas. Las enfermedades mencionadas en los ancianos pueden provocar discapacidad, por lo que su prevención, diagnóstico precoz y tratamiento eficaz son muy importantes. Como parte de las medidas preventivas, que a menudo implican la rehabilitación de los ancianos, es importante promover un estilo de vida saludable, por ejemplo, la actividad física, no fumar, cuidar la dieta (por ejemplo, una dieta similar a la mediterránea es beneficiosa). La actividad física regular es esencial, ya que puede reducir el riesgo de discapacidad y mejorar la calidad de vida de los adultos mayores mediante la prevención de enfermedades relacionadas con la edad (cardiopatías coronarias, hipertensión, obesidad, hipercolesterolemia, diabetes, osteoporosis). La actividad física regular en los adultos mayores se asocia con: mayor capacidad para moverse diariamente, realizar el autocuidado diario normal, las tareas domésticas, menor probabilidad de depresión, infecciones y menos dolor. La salud mental es crucial para la salud y el bienestar general, por lo que la detección de la depresión y su posible tratamiento es importante entre las personas mayores.
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